Las oportunidades pasan continuamente. Son como los trenes. El hecho de que no te subas a uno no quiere decir que no haga su recorrido. Llegan a la estación y si quieres te subes o te quedas en tierra. La decisión es tuya.
Lo que hace que seamos capaces de ver que llega la oportunidad y que nos podemos subir es que abramos nuestra mente.
El libro que provocó todo el cambio que estoy experimentando, lleva años en las librerías, mi marido continuamente ha traído libros y libros muy muy interesantes del mismo estilo que Padre Rico Padre Pobre, pero en todo este tiempo nunca me he sentido motivada a leerlos, digamos que mi mente estaba en otras cosas.
Esa tarde cuando vi el libro sobre la mesa, lo miré realmente, mi mente se abrió y me agarré a la oportunidad de leerlo, podría haberlo dejado allí encima como los otros, pero no fue así.
Esa oportunidad se ha convertido en un éxito para mi.
La lente con la que miras el mundo te permite ver las oportunidades o dejarlas escapar.
Tu actitud ante las situaciones que se presentan en tu vida pueden convertir una situación aparentemente desfavorable en un éxito. O todo lo contrario, una buena oportunidad en el mayor de los fracasos.
Las oportunidades sólo son eso, oportunidades de lograr algo, que el resultado sea bueno o malo, depende de como te agarres al tren que pasa en ese instante.
Siguiendo con mi afición por los cuentos con moraleja, este es el que he seleccionado para hoy.
Aprovechar una situación desfavorable.
Cuenta esta historia que un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por $ 100.
El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
– Lo siento hijo, pero tengo malas noticias… el burro murió.
– Bueno, entonces devuélvame mi dinero…
– No puedo, ya lo he gastado…
– Bien… da igual, entrégueme el burro…
– Y ¿para qué?… ¿Qué va a hacer con él?
– Lo voy a rifar.
– ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
– Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
-Que pasó con el Burro?
– Lo rifé, vendí 500 rifas a $ 2.- y gané $998.-
-¿Y nadie se quejó?
– Sólo el ganador… pero a él le devolví sus $ 2.
Bueno, ¿qué te parece?, ¿se puede o no transformar una mala situación en un éxito?
Yo estoy convencida de que es posible, la misma situación es vivida de distinta manera por cada persona.
Elige la actitud que más te beneficie, disfruta de la vida y no lo olvides,
¡sonríe a la vida y la vida te sonreirá!
Muy buen Post 😀
Gracias Fernando.
Esto no es aprovechar una oportunidad. Es una estafa. Si la gente supiera que el burro está muerto, NADIE compraría boletos.
El ganador tiene derecho, no a que le devuelvan 2$, sino a que se le reintegre un burro vivo, que vale más.
Es como si yo digo que donde los demás no tienen nada yo saco beneficio. Sorteo un rolls-royce que no tengo y al final de la rifa sólo le devuelvo el dinero al agraciado. Es una estafa en toda regla.
Pues si Karlos, tienes toda la razón del mundo.
El cuento más que narrar una oportunidad, enseña una estafa en toda regla, como tú bien has dicho.
Desde luego no es la idea que quería trasmitir al ponerlo como ejemplo.
Hay que aprovechar las oportunidades pero no a costa de dañar a otros.
Debemos buscar el beneficio mutuo.
Gracias por la observación.
Un saludo,
Inma.