Han llegado los reyes. Esta mañana, la casa de mis suegros ha sido una verdadera locura cuando los cinco pequeños se han puesto a abrir los regalos.
Por un lado reconozco que es una exageración, son demasiados juguetes. Pese a la crisis vivimos una época muy diferente y nos pasamos.
Yo, aunque he tenido la suerte de tener siempre algún regalo, nunca han sido tantos como los que reciben mis hijos.
Bueno, pero si son o no demasiados juguetes los que reciben ahora los niños, no es lo que pretendo analizar en mi artículo. La verdad es que no me apetece en absoluto estudiarlo.
Hoy quiero trasmitirte lo bien que lo he pasado. Esta tarde he vuelto a ser una niña. Los reyes le han dejado a mi hijo el juego Twister y tanto niños como mayores lo hemos pasado en grande.
Cuando yo era pequeña se llamaba Enredos. No recuerdo si nos lo traerían los reyes o si sería un regalo de cumpleaños de mi hermana o mio, pero el caso es que le dimos un buen uso a este divertido juego.
Recuerdo que los círculos habían perdido parte del color de tanto usarlo, pero no nos impedía seguir jugando. Incluso creo que hasta mi madre jugaba con nosotras.
En la comida de reyes he recordado con mi hermana lo bien que nos lo pasábamos y al terminar de comer hemos recogido los juguetes que tenían mis hijos y mis sobrinos para hacer sitio en la alfombra y poder jugar todos al Enredos bueno al Twister.
Desde que mi hijo ha abierto el regalo esta mañana he tenido ganas de jugar y cuando los 5 niños han empezado a jugar me he tenido que aguantar las ganas porque yo era demasiado grande. Pero al terminar la primera partida ha tocado el turno de los mayores. Mis cuñados y yo nos hemos quitado los zapatos y los 4 hemos jugado como chiquillos.
Mano derecha rojo, pie izquierdo azul, mano derecha verde, pie derecho amarillo, …. Mientras escribo esto no puedo evitar tener una sonrisa en la cara, he disfrutado a lo grande. Por cierto, he ganado yo. Se han ido eliminando poco a poco el resto de mayores y al final sólo he quedado yo.
Bueno no es que pretenda que salgas a comprar un Twister y te pongas a contorsionarte, sólo quiero provocar en ti un recuerdo a tu niñez, y que disfrutes como un chiquillo de algo que te gustara mucho cuando eras pequeño. Volver a tener esos sentimientos te rejuvenece y te da mucha felicidad.
¡Sonríe a la vida y la vida te sonreirá!
¿Te ha gustado? Ayúdame compartiéndolo con tus amigos. Haz clic en el botón de me gusta de Facebook o al de Retweet de Twitter. Gracias por la ayuda.
Hola Inma,
¡Qué emocionante artículo! Me hiciste vivir el momento contigo, en serio, yo trato de disfrutar mi vida de esa misma forma.
Mi esposa me dice que me divierto como niño y así es, hay cosas que no he experimentado antes como hasta ahora y no pienso dejar de vivir esa sensación me recarga las pilas a tope, me hace darme cuenta que no importa lo que haya que hacer, siempre se puede volver a ser niño.
Muchas Gracias por compartir esta sensación, en verdad es muy motivante.
Saludos,
Omar Carreño
Hola Omar,
La verdad es que lo pase muy muy bien.
En determinados momentos de la vida uno tiene que quitarse de encima el peso de lo que se supone correcto para cada edad y dejarse llevar. Yo lo hice y disfrute mucho.
Un saludo,
Inma.